Fiesta de teatro con toques artísticos

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El despertador de Macchi y “Proyecto Cruce” – cuatro propuestas de artistas argentinos

Por Susanne Franz

Empezó la cuenta regresiva: el 7 de septiembre empieza el 5° Festival Internacional de Teatro de Buenos Aires (hasta el 26 de septiembre), muy atravesado por el arte este año. Primera prueba de eso es el hecho de que el logo del Festival, un despertador, fue diseñado por uno de los más prestigiosos artistas contemporáneos argentinos, Jorge Macchi. Macchi (43) luce una obra y un curriculum impresionantes, y entre otros acontecimientos fue elegido por el Ministerio de Relaciones Exteriores argentino como representante de su país en la Bienal de Venecia de este año.

Las agujas y la hora en la que está puesto el despertador indican el 5 (cantidad de los Festivales); no hay números escritos, sino que se leen en sentido horario las palabras “Festival Internacional de Buenos Aires”. El segundero ya está avanzado y parado sobre la “F” de “Festival”, como si estuviera por empezar. En un círculo interior están escritas las palabras “Teatro”, “Danza”, “Música” y “Artes Visuales”, los contenidos del Festival.

Como hilo de diseño, se repiten recortes circulares del despertador de Macchi en la revista de programación del Festival, cada uno indica la sección del Festival que se describe en el programa. También en círculos se ven fotos que ilustran las obras de teatro, o retratos de personalidades que dan talleres. Todos estos trucos dan un aire sofisticado a la revista aunque esté impresa sobre papel reciclado y de producción barata.

Seguramente se puede deducir que también el Festival en sí va a ser un logro de mesura glamorosa, como siempre: contenido de lo mejor, sin tener que llamar la atención.

Por primera vez se incluyen, en este 5° Festival de Teatro Internacional, acciones de arte como instalaciones o intervenciones. “Es que la línea entre las disciplinas se diluye cada vez más”, explicó Graciela Casabé, directora del Festival, en la presentación del evento para la prensa. Destacó que, a diferencia con los eventos teatrales, de danza o de música, para las cuales hay que comprar entradas (o buscarlas en el caso de los espectáculos nacionales), las acciones de arte son gratis y accesibles para todo el mundo, también para aquellas personas que ni siquiera saben que hay un festival de teatro en la ciudad y que pasan por casualidad por los lugares donde ocurren.

Cualquiera que camine por la Plaza de Mayo entre el 12 y el 18 de septiembre, sea turista o bancario o persona de negocios, puede llevarse una sorpresa por el estilo. Si el Dios del Tiempo está de buen humor, allí se podrá ver durante los siete días consecutivos, la instalación “Antiaéreos”. Pero hay que mirar hacia arriba, al cielo: es donde van a flotar 18 dirigibles, en alturas diferentes, que recuerdan el hecho de que, en la Segunda Guerra Mundial, hubo algunas ciudades que trataron de esconderse de los bombardeos por medio de esas naves aéreas protectoras. Y la misma Plaza de Mayo, el lugar más destacado de la historia argentina, fue blanco de un bombardeo hace 50 años (el 16 de junio del 1955), dirigido contra el General Perón, en el que murieron muchas personas inocentes. “Antiaéreos” es un trabajo del artista argentino Gabriel Valansi, uno de los cuatro directores de proyectos que fueron elegidos entre 25 propuestas para tomar parte en el Festival.

Otro lugar simbólico para Buenos Aires es el Cementerio de la Recoleta, una ciudad de muertos con mausoleos adornados de frescos, ángeles y cúpulas en las cuales se encuentran familias que influyeron en la historia argentina. En el cementerio tendrá lugar el evento nocturno “Tertulia” los días 19, 20 y 21 de septiembre, de 20 a 23 horas. Se trata de una instalación sonora y visual a cargo del músico Nicolás Verchausky y del artista Eduardo Molinari. Con su trabajo, los dos pretenden crear un tiempo paralelo en el cual la memoria toma un significado nuevo.

La mega intervención “Pizzurno pixelado” de la coreógrafa y video artista Margarita Bali se va a ver sólo por un día, probablemente debido al despliegue técnico: el 10 de septiembre a las 20 horas (con repetición a las 22 horas). Se proyectan imágenes, videos y grafismos en la fachada del ministerio de educación, el “Palacio Pizzurno”. La música para el evento fue compuesta por Jorge Sad. Nace un “edificio soñado” cuyo esqueleto arquitectónico se transforma de una manera imaginativa mientras figuras creadas digitalmente escalan por él.

El cuarto proyecto, “La marea”, es de Mariano Pensotti, y se va a ver los días 16, 17 y 18 de septiembre de 21 a 23 horas en el Pasaje Rivarola. Pensotti ha ideado una especie de “zoo virtual de humanos”: en nueve espacios de la calle se pueden observar diferentes acciones de personas (actores), las cuales pueden parecer reales o ser obviamente ficticias, pueden ser largas en duración o más breves. Las actuaciones se muestran “sin sonido”, pero el espectador, que se mueve libremente entre escenarios, puede seguir a través de subtítulos lo que piensan las personas, o enterarse de algo de su “historia de vida”. Pensotti crea un discurso al estilo del “flujo de la consciencia” en el cual el pasado, el presente y el futuro se unen.

Artículo publicado en el “Argentinisches Tageblatt” el 6/8/2005.

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