Talento universal, turista global

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La directora Lola Arias sobre su amor por el teatro, su obra “Mi vida después” y la vida entre Berlín y Buenos Aires

Por Katharina Köhler

En la narración biográfica “Mi vida después” de Lola Arias, seis actores de la misma generación exploran distintos capítulos de su infancia y su ‘biografía familiar’ con el fin de revisar el destino de sus padres durante la dictadura militar argentina en los años 70. La obra se puede ver hasta el 26 de septiembre en el teatro “La Carpintería” de Buenos Aires.

Lola Arias nació en 1976 en Buenos Aires. Las obras y proyectos de la escritora, directora, actriz y música suelen hallarse en el cruce entre ficción y realidad. Su interés por el teatro comenzó a desarrollarse durante su infancia, cuando protagonizaba obras en casa, junto a su hermana, sin que nadie pronosticara el éxito que iba a tener en el futuro. Al principio escribía poemas y relatos, y en paralelo estudiaba teatro con Ricardo Bartis y Pompeyo Audivert. Con el tiempo pensó: “si podés escribir y podés actuar entonces quizás podés dirigir una obra”. Y fue entonces, hace diez años, cuando empezó a dirigir. “A los 23 dirigí ‘La escuálida familia’. La escribí y la dirigí, y después empecé a dirigir porque me di cuenta de que lo que más me interesaba no era hacer una obra de otro, ni actuar en una obra de otra persona, sino hacer mi propio proyecto.”

Con los años, el trabajo de Arias se vio influenciado por varios artistas, “que en cada momento y en cada zona te hacen ver algo que no veías”. Sus profesores le abrieron nuevas formas de pensar y de escribir. Su mentor teatral, Ricardo Bartis, le enseñó su forma de trabajar con los actores, que en su caso no son solo intérpretes de las ideas de otros, sino también productores de sentido, capaces de llevar a la obra sus propios pensamientos sobre el mundo. Colegas del teatro como Stefan Kaegi la inspiraron, por ejemplo, a incluir en su trabajo entrevistas con personas reales. También editores, poetas y músicos como el compositor Ulises Conti han dejado sus huellas en el desarrollo del talento de Arias.

La obra “Mi vida después”

La obra surgió de conversaciones entre Lola Arias y los actores. Juntos llevaron sus historias al escenario. Para no confundir al público europeo, que no necesariamente conocía los antecedentes históricos argentinos, se añadió una especie de introducción bastante esclarecedora, que explica el contexto de la historia argentina.

Pero Arias apunta al aspecto universal de la obra: “por más que no sepas bien qué eran los Montoneros o qué era el ERP, entendés que hubo una dictadura, que había gente que estaba en la resistencia y gente que estaba en la represión”. Destaca que hay algo que trasciende lo local y los detalles, y eso “es la relación de estos padres y sus hijos”. El público en Europa era capaz de trasladar la pieza a la historia de su propio país, “porque de alguna manera todos conocen lo que es estar bajo un régimen totalitario y violento”. También le preguntaron a la directora si tuvo que inventar mucho, porque a muchos espectadores las biografías les parecían demasiado siniestras para ser verdad. Las historias, sin embargo, hablan por sí solas, bastó con contar lo “que pasó”. Lo más desafiante para Arias fue “hacer que la obra tuviera este humor, que fuera profunda pero que no fuera patética, que no fuera auto conmiseración, llanto”.

Sobre la influencia de sus propias experiencias en la infancia dice: “Todos somos hijos de esta dictadura, porque todos hemos nacido en esta época y fuimos influenciados por lo que pasó. Mis padres nunca fueron activistas políticos. Pero la dictadura, por supuesto, tuvo un impacto en mi familia también. Así, por ejemplo, el hijo del socio de mi padre desapareció. Mi madre era profesora en una escuela, donde los estudiantes desaparecieron”. Pero sobre todo ve a su trabajo como un retrato de toda una generación. Un retrato que también la incluye, pero que no trata exclusivamente de ella.

La importancia de los sueños para la artista de 34 años llama mucho la atención. En casi todas sus obras hay secuencias de sueño. Ella misma dice: “todos mis sueños aparecen en todo lo que escribo, todo el tiempo”. Los sueños en “Mi vida despues” se deben en parte a los sueños reales de los actores y la escritora, o son versiones modificadas de estos sueños, que incorporaron al proyecto. Para Arias, los sueños representan la fantasía y la ficción, lo que subraya el hecho de que “la obra habla de que la memoria y el pasado son una ficción.” Una ficción que se puede reinterpretar constantemente y cuyo contenido se modifica todo el tiempo.

Vivir en dos continentes

Lola Arias no sólo es conocida en Buenos Aires como una éxitosa artista sino también hace años en Europa por sus ideas. “Empecé a viajar yo misma por becas. Tuve becas en Londres, en el Royal Court Theatre, después tuve una en el Centro Artístico Montevideo en Marsella, después tuve una beca en Varsovia (Mobile Academy), tuve una beca en la Casa de América en Madrid. Estas becas fueron momentos en los que empecé a conocer a otros artistas, a viajar y a conocer otras formas de teatro.” Incluso hasta la Europa de habla alemana ha llevado su trabajo durante largos períodos de tiempo. La argentina ya ha echado raíces en Berlín. “Me siento muy cómoda en Berlín, siento que también es mi ciudad ahora. Pero es una ciudad muy especial, porque todo el mundo no es de ahí, entonces estás con gente de todo el mundo todo el tiempo. Nunca te sentís del todo extranjero porque todos son extranjeros.”

Esta vida entre dos continentes y con diferentes culturas ha cambiado a la talentosa joven: “Siempre es distinta la manera de relacionarse con las personas, los besos. La cantidad de besos que nos damos en Argentina… ¿Por qué nos damos tantos besos? A mí me gusta más lo de los alemanes, de dar la mano a alguien. Uno se transforma, los gestos, la manera de moverse.” Al mismo tiempo pudo conocer nuevas personas, “amigos que son como un espejo de mis amigos acá”. A veces siente que está viviendo una doble vida.

Lola Arias describe las condiciones profesionales muy diferentes en Europa y Argentina, especialmente las condiciones desiguales de la producción en Buenos Aires y Berlín. Critica la falta de las subvenciones en el ámbito teatral argentino y el equipo técnico muy limitado que deriva de este hecho. En las estructuras y jerarquías de ambos países también nota muchas diferencias: En Alemania ve “estructuras muy burocratizadas, muy piramidales. Es una máquina que tenés que saber manejar. Una máquina bastante difícil por otro lado con respecto a no producir siempre lo mismo”. En la Argentina, sin embargo, las condiciones de producción son básicamente imposibles, según Arias. Agrega que con el dinero que ganó de la gira europea, tuvo que subvencionar el montaje de la obra y las producciones en general aquí. Además en Argentina uno suele depender de la ayuda de amigos, lo que genera falta de profesionalismo. El ambiente del teatro en Buenos Aires lo describe como “un poco claustrofóbico en el sentido que está muy aislado y no tenés posibilidades de ver otras formas de teatro” por lo cual se producen formas muy parecidas. En Berlín nota más variedad artística y “un mayor margen de profesionalización”.

Funciones y el libro

Las funciones de “Mi vida después” se realizan hasta el 26 de septiembre los sábados a las 21 horas y los domingos a las 20:30 en “La Carpintería” (Jean Jaures 858). La entrada cuesta $ 50. Para obtener más información, por favor llamar al número 4961-5092. Los que no pueden ver el trabajo de la talentosa directora en el teatro, pueden leer el libro de la obra, “Mein Leben danach” (Mi vida después). La editorial Verlag der Autoren lo publicará a finales de septiembre. Además de numerosas ilustraciones, el libro cuenta con un diario de la directora y escritora. Se presentará también en la Feria del Libro de Frankfurt en octubre como parte de la participación de Argentina como Invitado de Honor.

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