La crueldad de lo banal

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La vida en un colegio durante la dictadura militar. Martín Kohan presentó su novela Ciencias morales en la Feria del Libro de Frankfurt.

Por Nils Witte

Argentina en el año 1982. Con una fuerte directiva, se rige el día a día en el legendario Colegio Nacional Buenos Aires. Este es el ambiente que elige Martín Kohan para su nueva novela Ciencias Morales, que acaba de presentar por estos días en la Feria del Libro. La novela describe el día laboral de la preceptora María Teresa en esta institución, de la cual el propio escritor asistió como alumno durante ese período.

En su última novela Dos veces junio, Kohan ya había mostrado interés por la cotidianeidad de la obediencia durante la dictadura. ¿Se afeitaron la nuca? ¿De qué color son las medias de los alumnos? ¿Las chicas y los muchachos guardan la debida distancia? Estas son las preguntas que ocupan a María Teresa. “Pienso que hay una dimensión en la que lo político aparece en las cosas más sencillas con toda su complejidad”, dice Kohan sobre su interés por la historia de esta mujer insignificante. Y agrega: “El sometimiento político funciona en las situaciones más comunes”.

María Teresa realiza sus tareas minuciosamente, se podría decir que roza con la meticulosidad si no fueran por que está cumpliendo con el deber. De esta manera, se somete obedientemente a su superior Biasutto. Kohan indaga así el patrón de la obediencia: “Ni el soldado en Dos veces junio ni María Teresa son personas ideológicas. Ellos son absolutamente obedientes y tienen un superior, de quien siguen órdenes.”

Cuando los protagonistas de Ciencias morales un día se dan cuenta de que uno de los alumnos huele a tabaco, toman una decisión: empiezan a vigilar el baño de varones. María Teresa se compenetra cada vez más con esta misión autoimpuesta, hasta que determina por darle placer encerrarse en uno de los compartimientos del baño y escuchar el ir y venir de los alumnos.

Fuera del trabajo, la preceptora no tiene vida. En su casa la espera la madre con la comida lista, mientras escucha noticias sobre la guerra de Malvinas. El hermano se ha alistado voluntariamente al Ejército y les ahora envía cartas sucintas contando sobre la guerra. De este modo, la historia está contextualizada en la época de la dictadura militar, pero que aparece sólo de trasfondo. Dado que los empleados del Colegio Nacional Buenos Aires deben reaccionar ocasionalmente ante hechos de política interna, la trama de la novela se centra en las tareas y pensamientos de la protagonista durante su trabajo: estos son banales y eso a veces hace que la historia pierda un poco de tensión. Su tarea principal es observar, lo que la lleva hasta lo grotesco.

El momento de tensión lo genera el tardío despertar sexual de María Teresa, que a la postre también es reprimido. Es infantil su interpretación sobre la excitación como ganas de orinar y naïf la manera en que se vincula con el superior Biasutto, cuyas expectativas ella quiere cumplir sin que se pueda entender como sentimientos hacia él.

¿Puede ser entretenida una novela que se consagra a la banalidad de la trama y una protagonista tan apática? Sorprendentemente sí. Quizás porque las dictaduras funcionan gracias a gente como María Teresa. Solo cuando un pueblo acepta hasta el absurdo la represión cotidiana como normalidad, los dictadores pueden extender su poder, como ocurrió durante el llamado Proceso de Reorganización Nacional. Por eso, Kohan se concentra no solo en los dictadores, sino también en los pequeños y aparentemente insignificantes colaboradores del sistema. “Me interesa indagar por qué ciertas situaciones se erigen como normalidad”, dice Kohan sobre su misión literaria.

La propia biografía le sirvió para desarrollar su novela. “Cuando entré al Colegio Nacional Buenos Aires en el año 1980, la dictadura y sus controles ya se habían instalado. No conocía otra cosa”. Con estas palabras, el autor recuerda su vivencia durante la dictadura militar con trece años. Tomó conciencia de la vigilancia recién después de 1982, cuando se dejó de ejercer.

La idea de la novela nos recuerda el libro Der Untertan (El súbdito) de Heinrich Mann. A pesar de eso, Martín Kohan enfatiza reiteradas veces que su interés es ni político ni histórico: “Lo que más me preocupa es la estética literaria”. En este sentido, la protagonista no es presentada como una sometedora tiránica, pese a que tendría el potencial de serlo. María Teresa es una mujer tímida, cerrada en sí misma, hace lo que la mayoría de los argentinos hizo entre los años 1976-1982: trabajar con buenas intenciones en el día a día de la dictadura. Así da cuenta de un fenómeno que es revelador considerando la historia alemana. María Teresa es parte de una normalidad que posibilita lo cruel sin serlo ella misma.

Foto:

Martín Kohan.
(Foto: Alejandra López/Suhrkamp Verlag)

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