Una fuente de inspiración (2001)

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La artista Rachel Lebenas, la embajadora artística “no oficial” de la Argentina

Por Susanne Franz

rachel.jpgEn realidad, Rachel Lebenas es actriz y en esa condición viajó al Uruguay en 1976 para resolver allí en la embajada algunos asuntos de su esposo, el director de teatro Max Berliner. El embajador vio la carpeta de la autodidacta, quería ver sus dibujos. Al instante, reconoció que tenía algo muy interesante en sus manos. Así se hizo la primera exposición de Rachel en Tel Aviv, al lado de obras de Picasso, Dalí, Miró y Chagall. El pintor francés de origen bielorruso no solo fue una gran influencia humana y artística para ella, sino también un gran amigo. Por cierto, también fue amiga de Borges, cuyos cuentos metafísicos Rachel ilustró y les dio una dimensión visual que el autor de Ficciones no dispuso.

Desde 1976, nunca tuvo paz. Las múltiples exhibiciones por año la convirtieron en una artista con mucha actividad. Viajó a lo largo y ancho del mundo con sus obras, y provocó entusiastas repercusiones por doquier: en el mundo del arte, en la prensa y en el círculo diplomático.

Todas las exposiciones en diferentes países, China, Japón, Tailandia, India, Corea, Indonesia, Estados Unidos, Australia, toda Latinoamérica, España, Francia, Rusia y Austria (aunque no son estos no son todos) influyeron en las obras de Rachel Lebenas. Pinta en esos lugares, con todos los medios a su disposición, en todas las técnicas posibles. Le fascina especialmente el arte chino. Por eso, terminó creando una serie china con colores encantadores y los expresivos trazos a pluma.

También estuvo a punto de llegar a Alemania. Un ex-agregado cultural de la Embajada alemana, Heinz Peters, muy entendido en arte (algunos de los artistas fomentados por él fueron Mario Pérez o Eduardo Esquivel de San Juan, quienes lograron contratos con galerías internacionales como Praxis), quiso organizar una exhibición y recomendó comprar obras de Lebenas para la Embajada. Lamentablemente, alguien con mayor poder de decisión no lo escuchó y quedó en agua de borrajas.

Rachel es una especie de embajadora “no oficial” del arte argentino. Es la persona perfecta para ese rol que le dio el destino: por su vida en el teatro, por su amabilidad y su respetuosa distancia para relacionarse con los otros y, sobre todo, por su arte. ¿Sus pinturas? Una explosión de colores, movimiento y emociones. Exterioriza lo más íntimo. En sus obras, Rachel Lebenas logra expresar que encontró el lugar que todos anhelan: la fuente de inspiración y creatividad que nos permite movernos y cambiar constantemente. Que no es otra cosa que la manera de entender el acto de liberación que nos hace realmente humanos.

Hoy en día la obra de Lebenas también fascina a los jóvenes. “Sienten que es verdadera”, dice Rachel. En su reciente muestra en la OEA con más de 60 obras, hubo muchos interesados que participaron de sus clases de pintura y dibujo en las que explica su propio método de cromoterapia y energética. Este método sirve para desarrollar la creatividad y ayuda a conformar la personalidad artística, enfatiza la artista de excepción.

Publicado en “Argentinisches Tageblatt” el 3 de febrero de 2001.

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